miércoles, 4 de noviembre de 2009

¿Cuando los padres se oponen?

En la Actualidad el corazón de la Juventud se ha vuelto más receptivo a la voz de Dios, que el corazón de algunos adultos, por tal motivo es frecuente encontrar que muchos de nosotros padezcamos una oposición de nuestros padres por causa de Jesus, para lo cual somos llamados Bienaventurados.

Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo (San Mateo 5:11).

Antes de iniciar es bueno tener en cuenta que muchos de nuestros padres se encuentran envueltos en tradiciones y conformismos. Por lo cual podemos analizar; si un padre a su edad no ha podido experimentar para sí mismo el verdadero amor, muy difícilmente podrá demostrárselo a un Hijo.

Ama a tu prójimo como a ti mismo. (San Lucas 10:27).

Al parecer algunos padre no solamente heredaron de sus antepasado la costumbres y tradiciones religiosas, sino una manifestación de amor equivocada, representada en poco tacto y estimulo afectivo, sumado a eso la Biblia nos declara q el dios de este mundo (Satanas), ha colocado una venda para que ignoren el bienestar que estamos experimentando bajo la Gracia de Dios.

En los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. (2 Corintios 4:4).


En otros tiempos nuestra actitud frente a las oposiciones era de REBELDÍA, ¿cómo podemos ahora seguir este camino si encontramos la oposición en casa y Dios nos manda a Honrar al Opositor? (Ver Éxodo 20:12). Para esto Dios nos dice;


Que debemos hacer:

He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas. (San Mateo 10:16)

No os preocupéis por cómo o qué hablaréis; porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar (San Mateo 10:19).

Siempre debe predominar una actitud sabia, prudente y guiada por el espíritu santo, acompañada de oración y amor.



Para memorizar:

7 Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros,

8 que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados;

9 perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos;

10 llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos.

(2 Corintio. 4: 7-10)

miércoles, 28 de octubre de 2009

10 Veces Mejor

Daniel en Babilonia

1 En el año tercero del reinado del rey Joacim de Judá, el rey Nabucodonosor de Babilonia vino a Jerusalén y la sitió.2 El Señor permitió que Joacim cayera en manos de Nabucodonosor. Junto con él, cayeron en sus manos algunos de los utensilios del templo de Dios, los cuales Nabucodonosor se llevó a Babilonia y puso en el tesoro del templo de sus dioses.3 Además, el rey le ordenó a Aspenaz, jefe de los oficiales de su corte, que llevara a su presencia a algunos de los israelitas pertenecientes a la familia real y a la nobleza.4 Debían ser jóvenes apuestos y sin ningún defecto físico, que tuvieran aptitudes para aprender de todo y que actuaran con sensatez; jóvenes sabios y aptos para el servicio en el palacio real, a los cuales Aspenaz debía enseñarles la lengua y la literatura de los *babilonios.5 El rey les asignó raciones diarias de la comida y del vino que se servía en la mesa real. Su preparación habría de durar tres años, después de lo cual entrarían al servicio del rey.
6 Entre estos jóvenes se encontraban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, que eran de Judá,7 y a los cuales el jefe de oficiales les cambió el nombre: a Daniel lo llamó Beltsasar; a Ananías, Sadrac; a Misael, Mesac; y a Azarías, Abednego.
8 Pero Daniel se propuso no *contaminarse con la comida y el vino del rey, así que le pidió al jefe de oficiales que no lo obligara a contaminarse.9 Y aunque Dios había hecho que Daniel se ganara el afecto y la simpatía del jefe de oficiales,10 éste se vio obligado a responderle a Daniel: «Tengo miedo de mi señor el rey, pues fue él quien te asignó la comida y el vino. Si el rey llega a verte más flaco y demacrado que los otros jóvenes de tu edad, por culpa tuya me cortará la cabeza.»
11 El jefe de oficiales le ordenó a un guardia atender a Daniel, Ananías, Misael y Azarías. Por su parte, Daniel habló con ese guardia y le dijo:12 «Por favor, haz con tus siervos una prueba de diez días. Danos de comer sólo verduras, y de beber sólo agua.13 Pasado ese tiempo, compara nuestro semblante con el de los jóvenes que se alimentan con la comida real, y procede de acuerdo con lo que veas en nosotros.»
14 El guardia aceptó la propuesta, y los sometió a una prueba de diez días.15 Al cumplirse el plazo, estos jóvenes se veían más sanos y mejor alimentados que cualquiera de los que participaban de la comida real.16 Así que el guardia les retiró la comida y el vino del rey, y en su lugar siguió alimentándolos con verduras.
17 A estos cuatro jóvenes Dios los dotó de sabiduría e inteligencia para entender toda clase de literatura y ciencia. Además, Daniel podía entender toda visión y todo sueño.
18 Cumplido el plazo fijado por el rey Nabucodonosor, y conforme a sus instrucciones, el jefe de oficiales los llevó ante su presencia.19 Luego de hablar el rey con Daniel, Ananías, Misael y Azarías, no encontró a nadie que los igualara, de modo que los cuatro entraron a su servicio.20 El rey los interrogó, y en todos los temas que requerían de sabiduría y discernimiento los halló diez veces más inteligentes que todos los magos y hechiceros de su reino.21 Fue así como Daniel se quedó en Babilonia hasta el primer año del rey Ciro.